Observé a mi alrededor algo paranoica, sintiendo como alguien tenia la mirada clavada en mí, pero lo único que divisé fue un auto negro aparcado frente a mi edificio.
Decidí hacer caso omiso a aquella absurda sensación, ¿Quién me podría estar observando?- te estás volviendo loca- me mofé de mi misma.
Mientras avanzaba por la calle, conseguí neutralizar mis pensamientos, alejando de esta manera aquel recuerdo que bajo ninguna circunstancia quería revivir. Pero de pronto, sentí que no estaba sola. Miré a mi lado y mi corazón se detuvo. Michael se encontraba junto a mí, corriendo, al igual que yo.
-Hola- me observó con la más bella sonrisa que había visto en mi vida. Y en ese instante, mi mundo se detuvo. Él estaba ahí, junto a mí. Aquellos ojos en los que había pensado una y otra vez me miraban expectantes. Pero antes de que mi sonrisa llegara a formarse, recordé el momento en que vi aquella revista y sentí como la rabia me embargaba.
-Hola- dije fríamente, mientras maldecía al mundo por lo guapo que era.
-¿Cómo estas?- dijo algo extrañado por mi actitud.
-Bien, gracias- le respondí cortante, a la vez que volvía mi vista hacia el frente y aceleraba el paso. Pero como era de esperar, el hizo lo mismo.
-¡Hey!- dijo agarrando mi brazo, lo que me obligó a detenerme.- ¿Liz, que es lo que sucede?, ¿Estas molesta por algo?- inquirió mientras sus ojos marrones me observaban preocupados. Estuve a punto de enternecerme por tal expresión, sin embargo, sus preguntas me parecieron descaradas, ¿acaso se estaba burlando?
-¿Por qué haces esto Michael?- le miré furiosa, al tiempo que me desasía de su brazo.
-¿A que te refieres?- dijo desconcertado.
-¿No sabes a que me refiero?- dije sarcásticamente-, ¿Para qué me buscas, para qué me sigues Michael?, no creo que a tu novia le agrade que estés aquí.- le recriminé.
Inmediatamente, soltó un suspiro y bajó la mirada.
-Ah, hablabas de eso.- dijo con desgano.
-Sí, de eso- respondí aun más furiosa. ¿Ni siquiera lo iba a negar?-
Para mi sorpresa, Michael tomó mi mano y me condujo hacia el interior del gran parque que estaba a nuestro lado. A pesar de mis múltiples objeciones no me soltó en ningún momento, por lo que, contra mi voluntad tuve que seguirle.
Cuando llegamos al centro del lugar, Michael se sentó bajo la sombra de un gran árbol, al momento que me indicaba con la mano que le imitara.
-No quiero sentarme.- le dije cruzándome de brazos.
-Oh vamos Liz, al menos déjame explicarte.
-¿Qué me vas a explicar Michael Jackson?-le respondí poniendo mis manos en la cintura.- Creo que soy lo suficientemente lista como para darme cuenta de lo que intentas hacer.- le acusé.
-Al menos escucha lo que te tengo que decir- dijo con tranquilidad.
-Entonces habla ya.-respondí tajante.
-Esto es un gran mal entendido, yo no tengo ninguna novia Liz.
-¿A no?- le dije incrédula.- ¿Entonces quien era la chica de la fotografía?
-Brooke solo es una amiga. Liz, al menos dame la posibilidad de la duda. Por favor- dijo suplicante, desplegando todo el encanto de sus ojos.
Sin decir nada, decidí concederle la oportunidad de explicarme. Me senté a su lado y le miré.
-Gracias- suspiró, mostrando una débil sonrisa.-Liz, yo no tengo novia, la prensa suele inventarme romances todo el tiempo. Brooke es solo mi amiga. Luego de mucho tiempo me volví a encontrar con ella y la invité a cenar, pero el lugar estaba atestado de paparazzis, quienes tomaron esas fotografías y publicaron lo que se les dio la gana. Eso es todo. Por supuesto que si tuviera novia te lo habría dicho.-
Le observé por un momento a los ojos, buscando algún signo de engaño. Pero no encontré nada de eso en ellos, por el contrario, lo que reflejaban era la más absoluta sinceridad.
-¿Ahora me crees?- dijo acariciando mi mejilla.
Me sentí completamente avergonzada de mi actitud. ¿Cómo no lo había pensado?
Relajé mi postura y asentí.
-Lo siento, debí considerar esa alternativa – dije sonriendo inocentemente.
-No te preocupes, lo comprendo perfectamente. Debes haber pensado lo peor de mí.-dijo bajando la mirada.
-Bueno, algo así.- dije riendo.- Lo siento de verdad Michael. ¿Me disculpas?- inquirí con la expresión más tierna que logré hacer. Rió ante aquello, mientras que su expresión se tornó traviesa.
-Te perdonaré solo si me dices una cosa- me chantajeó con una pícara sonrisa.
-¿Qué quieres saber?- pregunté dubitativa ante su expresión.
-Bueno... quiero saber si estabas celosa- dijo mientras me perforaba con la mirada. Sentí como la sangre huía de mi rostro. Y es que a decir verdad, estar celosa no se comparaba ni un poquito a lo que había sentido en aquellos días.
-¿Yo celosa?,- le miré quitándole importancia al asunto- absolutamente no.- mentí-Además no tengo por que estarlo, solo somos amigos.
-¡Patrañas!, ¡Eres una gran embustera! Claro que estabas celosa, y mucho.- dijo sonriendo aun más, seguro de su acusación.
-Claro que no estaba celosa Michael, no tengo motivos para ello.- aseguré mientras desviaba la mirada.
-Oh vamos Liz, admítelo.- dijo riendo, mientras me atacaba sorpresivamente en una guerra de cosquillas.-
-¡No estaba celosa!- logre decir entre risas.- ¡Michael, suéltame!-dije mientras me retorcía en el verde pasto.
-¡No pararé hasta que lo admitas!- dijo riendo divertido ante la cruel tortura que ejercía contra mi.
-¡Está bien!, ¡está bien, suéltame!- dije cuando ya mi resistencia estaba hecha añicos.
Entonces sus dedos detuvieron aquellos rítmicos movimientos, dejándome recuperar la respiración.
-Sabía que terminarías por reconocerlo- dijo sonriendo engreídamente, mientras sus ojos relucían llenos de picardía.
-No te ilusiones tanto, solo lo dije para que me soltaras tonto.- respondí sacándole la lengua. Me acomodé en el pasto, y sin moverme demasiado, apoyé mi cabeza en sus piernas.
Observé su radiante sonrisa y me embriagué con ella. ¿Alguien podía ser más perfecto?, por supuesto que no.
Sus ojos me observaban divertidos, mientras que sus manos jugueteaban con mis rizos.
-Aunque no lo quieras reconocer, yo sé que si lo estabas.- dijo sonriendo aun más.-
-Oh sí señor irresistible, ¡estaba tan celosa!- dije apoyando dramáticamente el dorso de mi mano en la frente.
Se echó a reír ante aquel gesto, deslumbrándome una vez más con el sonido de su risa. Le miré embobada y pude sentir como miles de mariposas volvían a revolotear en mi vientre.
-Bueno, no importa señorita orgullo. Aunque te resistas, sé lo mucho que te gusto.- dijo acariciando mi colorada mejilla. ¿Cómo lo sabia?, ¿era acaso tan obvia?- maldita sea- pensé al verme descubierta.
-¿A si?, ¿y que te hace pensar eso Michael?- le miré sorprendida por la confianza con la que hablaba.
-Tú misma lo dijiste aquella noche.-
-¡Mentiroso!, yo no dije eso- le acusé.
A pesar de que no recordaba nada de lo que había dicho esa noche, sabía perfectamente que Michael estaba intentando hacerme confesar.
-Pero lo insinuaste- dijo riendo.
-¡Si que eres un gran embustero!- Dije picándole una costilla.
No sé cuanto tiempo estuvimos riendo, mirándonos como un par de tontos. Me parecía increíble lo rápido que Michael se había ganado mi confianza y cariño, pero lejos de incomodarme, aquello me encantaba, ya que tenia la seguridad de que él sentía lo mismo.
-Un momento- dije de pronto-¿como sabes donde vivo?-
-Bueno, me vi obligado a hacer algunas averiguaciones, ya que el teléfono no parece funcionar contigo.- respondió mirándome con una flamante sonrisa.
-¿Algunas averiguaciones?- dije imitando su voz- ¡¿acaso eres un sicópata?!- me burlé.
-Solo en ciertos casos.- dijo riendo.
-Y este es uno de esos casos...
-Ajá – asintió mientras me miraba divertido.
-¡En que me he metido!- suspiré, cubriéndome el rostro con las manos.
Nuevamente Michael me sometió a una tortura de cosquillas, pero esta vez me encontraba preparada. Respondí a sus cosquillas atacándole de la misma forma que él, aunque para mi desgracia, me vi obligada a ser la primera en rendirse.
Guardamos silencio durante algunos instantes, en los que pude apreciar la fuerza magnética que nos atraía. Me envolvió en sus brazos y me acercó a su calido pecho.
Me quedé allí, arrimada a él, escuchando los acompasados latidos de su corazón, mientras me daba cuenta de que mi mundo había sido irremediablemente encantado por su magia.
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9 comentarios:
Oh dios santo! El beso se acerca! Wiiiiiiiiiiiiiii!
uuuuu, siiii, me encanto :)
sigue subiendolo!!
awwn q lindo capi *-*
ya todo se arreglo!
q lindo psicópata es Mike (?)xD
me iamgine ese momento, q pícaro q es Mike no?, y a la vez tan dulce waa me encanta como va la historia!!!
gracias x actualizar
espero con ansias la conti
saludos :)
ay !! que hermoso capitulo, tan romantico ♥♥♥ !! al fin todo se arreglo y estan juntos ...continuala Nathalie muero de curiosidad por saber que sigue !!
¡Pero bueno! ¡Que me ha encantado!
Me encanta que sus problemas se hayan terminado. ¡Y Brooke sale de escena! xD
¡Quiero beso! xD
¡Sigue pronto! Vas por muy buen camino.
Besos!
hola amiga preciosa
Primero agradecerte por haber pasado x mi blog
me da gusto saber q te agrada mi nove
wow que decir de la tuya , es magnifica , quede enganchada con la historia, eso que no he leído capítulos anteriores eh , me encanto , todo fue tan divertido , me lleno totalmente de ternura
“señor irresistible” y señorita orgullo” jajajajaja
yo tambien estaria celosa como liz , aunque ella no lo quiere admitir... amé ese estallo de cosquillas que lindooo me imagino la risa de Michael , esa risita tan hermosa que solo el poseía ...
y el abrazo del final ohh que tiernos son ambos ...
Nathalie tienes aquí una nueva lectora tambien ...me has dejado fascinada , tu novela es muy hermosa , me encanta tu forma de describi cada momento, siguela pronto que yo estare al pendiente de una nuevo capitulo
besos
Aah si! Cuanto me alegro!^^ Ya sabía yo que tenía que ser algún malentendido... Me encanta la historia! :)
I knew there would be a discussion about not believing the papparazzi!
Love this!
Esa clase de gente siempre lo arruina todo, pero por suerte todo esta bien, me esta gustando demasiado <3
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Gracias por comentar :)