Capítulo 22






La estridente melodía llenó el ambiente. Una y otra vez Michael repitió la toma con la mejor de las disposiciones. Y yo, no pude despegar los ojos de su figura.
Cada cierto tiempo sus ojos me buscaban, encontrándome al instante. Y nuevamente, su sonrisa hacia su aparición, sólo para mí.

You´ll Never Make Me Stay
So Take Your Weight Off Of Me
I Know Your Every Move
So Won´t You Just Let Me Be
I´ve Been Here Times Before
But I Was Too Blind To See
That You Seduce Every Man
This Time You Won´t Seduce Me...


Totalmente extasiada, me sumergí en sus palabras.
¿Cuántas Dianas habrían pasado por su vida? Muchas. Muchísimas, de seguro.
El pensar en ello despertó un chispazo en mi interior. Algo parecido a un manojo de nervios en mí estomago. No supe con exactitud que tipo de sentimiento era... ¿incertidumbre?, ¿celos?...no, celos no... No podía estar celosa de fantasmas... ¿verdad?

-Hola, tu debes ser la nueva reportera.
Aquellas palabras me sacaron abruptamente de mis pensamientos. Giré mi rostro para ver a quien correspondía esa melosa y suave voz.
Y me encontré con una chica, no mucho mayor que yo, de cabello largo, oscuro y liso, muy liso. Su piel morena tenía un sutil brillo azulado, provocado por las luces.
Sus ojos eran oscuros y almendrados, pero aquella mirada tenía un aire felino, salvaje.
Y sus labios rellenos, de color rojizo, extremadamente atractivos.
¿Mi primera impresión?, una chica muy guapa.
-Hola.- le dije esbozando una sonrisa de cortesía.- Sí, yo soy la nueva reportera.
-Mi nombre es Shana, gusto en conocerte.- dijo extendiendo su mano hacia mí.
-Elizabeth Forwel, encantada.-
-Es asombroso, ¿no te parece?- dijo indicando con un leve movimiento de cabeza hacia donde se encontraba Michael.
Observé un momento lo que ella me indicaba, y no puede hacer más que asentir.
Soltó una risita espontánea, divertida.
-Te entiendo, sé lo que se siente las primeras veces- dijo dándome un suave golpe en el vientre con su codo.- Es como una ilusión. Cierras los ojos un momento y crees que desaparecerá en cualquier instante.
Exacto, había dado en el clavo. Al estar con Michael era exactamente eso lo que se sentía. Miedo. Miedo a que en cualquier segundo descubrieras lo insustancial de la realidad que tenías por tal, y terminaras despertando de aquel dulce sueño.  
-¿Trabajas aquí?- le pregunté.
-Ajá.- dijo mientras volvía a fijar sus ojos en mí.- Estoy aquí por si necesitan una modelo para el video, ya sabes, siempre requieren alguna.-
Shana hablaba como si fuera parte de esto hace mucho. La naturalidad con la que se desenvolvía me intrigó
-¿Hace mucho que trabajas con Michael?
-Sí, le conozco hace mucho. Trabajo para él desde hace bastante tiempo.
Estudié las palabras de Shana. El tono con el que hablaba dejaba entrever algo más... algo que definitivamente se me escapaba.
-¿Te puedo hacer una pregunta?- dijo de pronto, con mucho más interés. Sus ojos brillaban, rebosantes de curiosidad.
¿Qué querría preguntarme?
-Claro, Shana.
Pero al instante de haberle dicho esto, me arrepentí. Sus ojos me decían que aquella pregunta escondía algo bastante incomodo para mi.
-¿Te gusta Michael?- espetó, escudriñando mi mirada.
No supe qué contestarle. Me había tomado absolutamente desprevenida.
Le sostuve la mirada e intenté calmar aquellos súbitos nervios que me atacaban.
-Creo que no necesito que me respondas.- dijo con una sonrisa, dando por hecho lo que mis labios no habían pronunciado.
Me armé de valor, poniendo la mejor  expresión que me fue posible.
-¿Por qué piensas eso?
-Bueno...es lo de siempre, para serte sincera. Michael es tan encantador con las chicas, que termina por confundirlas y sus intenciones se malinterpretan. Te lo digo, Elizabeth, porque no es la primera vez que Michael trae a una chica...ya sabes. Por eso, solo quiero advertirte. No te ilusiones demasiado, querida. Puedo ver la forma en que le miras, pero ten cuidado, Michael es sinceramente encantador, pero suele entregar el mensaje equivocado.

Mostré una sonrisa, que por todos los medios intenté hacer parecer sincera, ya que por dentro, me había congelado. Los oscuros y felinos ojos de Shana me miraban de una forma extraña. Aquella chica me parecía bastante simpática, pero había algo en su mirada penetrante, inquisidora, que no podía descifrar.
-Shana, tranquila. No me gusta Michael.- me vi obligada a mentir.- Sólo cumplo con mi trabajo lo mejor que puedo. Gracias de todas formas.
Por algunos segundos que me parecieron eternos, sus ojos se clavaron en los míos.
-Siento haberte incomodado.- dijo esbozando una sonrisa.
-No te preocupes, no ha sido nada. Querías mantenerme a salvo, ¿no?- reí, aparentando divertirme, como si fuera una situación absurda.
Shana terminó por unirse a mis risas con jovialidad.



Con el pasar de los minutos la ansiedad ganó terreno y se apoderó de mí.
Mi mirada se fijó en Shana, quien se encontraba al otro extremo del set.


Michael es tan encantador con las chicas, que termina por confundirlas y sus intenciones se malinterpretan. Te lo digo, Elizabeth, porque no es la primera vez que Michael trae a una chica...ya sabes.

¿Por qué demonios mi mente no se callaba sólo por un momento?, aquella frase me estaba volviendo loca.
Pero no podía ser posible... ¿o si?, ¿y si era cierto?
Necesitaba saberlo...
Mis ojos le buscaron con necesidad, con la esperanza de encontrar en los suyos alguna respuesta.
Y le encontré.
Su mirada se clavó en la mía. ¿Cuánto tiempo había estado observándome?
Sentí como un ligero rubor cubría mis mejillas. Y ahí estaba aquella sonrisa torcida y esos ojos que me observaban divertidos, llenos de dulzura, como si yo fuese su punto de atracción. Sonreí al advertir que también sus mejillas estaban cubiertas de un vivo color escarlata.
Las palabras de Shana volvieron a embargar mis pensamientos. Pero el tener a Michael observándome de aquella forma nubló absolutamente mi mente.  
Tal vez no era el momento adecuado para llegar a una conclusión... así que decidí olvidar a Shana. Ya me quebraría la cabeza pensando en ello después. Pero ahora, debía enfocarme en intentar despegar mis ojos de los suyos. Gran problema.
A pesar de la distancia que nos separaba, podía sentir correr por mi cuerpo aquella extraña sensación eléctrica que ya había experimentado antes. Por un momento me pregunté si él también podía sentirlo, o quizás era yo la que estaba volviéndose completamente loca debido a su presencia.

Di gracias al cielo cuando le ordenaron a Michael volver a su posición para gravar la última toma y se vio obligado a cortar aquella conexión entre nosotros, liberándome de la fuerza de atracción que ejercían sobre mí sus ojos marrones.
Giré mi rostro para distraer mi mente y entablar alguna conversación con Eric, pero él ya no se encontraba a mi lado. Le busqué con la mirada y le vi en un costado del escenario sacando fotografías.
Genial, ahora no tenía con quien distraerme.

Abrí mi pequeño cuadernillo y me dispuse a escribir lo que ese día había pasado en el set. Pero la verdad es que ni siquiera supe cuando mi objetivo fue desplazado por aquellos dibujos de corazones.
Completamente absorta en ello, dibujé con cuidado cada corazón, garabateando palabras ininteligibles e iniciales evidentes.
No podía creer lo que me estaba sucediendo. Ni en mis más locos días de adolescente me había comportado de esa forma tan... ¿infantil?
No advertí cuanto tiempo había trascurrido desde que comencé a llenar aquella hoja de dibujos, ni tampoco me percaté del momento en que la grabación terminó. Pero la música había cesado y la iluminación había vuelto a la normalidad.
-¿Qué es tan interesante?- preguntó una voz que ya conocía muy bien. Levanté mi rostro, descolocada, y me encontré con él, a solo unos centímetros de distancia, con su radiante sonrisa, observándome interesado.
-Nada.- dije cerrando abruptamente el cuadernillo, nerviosa ante su proximidad.
Lo que menos quería en este mundo era que Michael viera lo que había estado dibujando, ¿qué pensaría de mí si se daba cuenta de que cientos de corazones contenían sus iniciales?
No lo podía permitir de ninguna manera.
- Nada no es lo que parece.- dijo riendo suavemente, fijando sus ojos en el cuadernillo.- ¿Me dejas ver?
-Michael... no es nada importante...- le respondí intentando evitar su persuasiva mirada.
Fijó sus ojos en mí, manteniendo la expresión más adorable que había visto en mi vida entera.
-Por favor, por favor, por favor- susurró acercándose a mí.
Y entonces supe que si no me escabullía pronto, terminaría por ceder. Así que me levanté de mi asiento y empecé a alejarme discretamente, sosteniéndole la mirada.
-Por favor, por favor...- repitió, causando estragos en mí, aproximándose lentamente.
-No.- murmuré, intentando mantener la poca cordura que me quedaba.
-¿Por qué no?- dijo alargando sus pasos, acortando la distancia entre nosotros, mientras mis piernas comenzaban a perder estabilidad.-
-Porque no tiene importancia alguna, Michael.-
-¿No quieres que lo vea?- preguntó entrecerrando los ojos, aun sonriendo.- No es porque se trate de mi, ¿verdad?
Para ese momento, mi corazón latía desenfrenado.
Negué lentamente con la cabeza.
-Entonces, ¿me dejas verlo?- volvió a inquirir con aquella voz exquisitamente persuasiva, mientras yo seguía caminando lentamente hacia atrás, intentando alejarme de él. Pero sus pasos lentos y largos seguían aquel compás. Michael se encontraba a una mínima distancia de mi cuerpo, por lo que le sería sumamente fácil quitarme de las manos el pequeño block de notas.
Volví a negar lentamente, mientras un extraño brillo relucía en sus ojos.
Le observé atentamente, y adiviné sus intenciones. Con un ágil movimiento intentó alcanzarme, pero yo era mucho más menuda que él, por lo que me escabullí rápidamente de sus brazos.
Sujeté el cuadernillo lo mejor posible, ya que sabía que en cualquier instante Michael me atraparía.
Mientras corría, las musicales risitas de Michael resonaban a mis espaldas, ante lo que no me puede resistir. Me uní a ellas, sin poner fin a mi plan de escape.
Recorrimos velozmente los alrededores del estudio, pero de un momento a otro me vi acorralada. Observé a mí alrededor para encontrar alguna salida, pero aquel era un sector cerrado. La única manera de escapar de allí era devolviéndome, pero Michael, prácticamente me pisaba los talones.
Ya no tenía escapatoria alguna.
Intentando calmar las carcajadas que salían de mis labios y regular mi respiración, volteé para encararle y hacer frente a mi derrota.
Pero al voltear, Michael se estrelló de lleno contra mi cuerpo.
Ágilmente  me sostuve en él para no caer, sin embargo, caímos los dos.
Su cuerpo cayó sobre el mío, mientras mi brazo rodeaba su cuello. Pero ninguno de los dos hizo ademán alguno para levantarse.
Nos sumergimos en un ataque de risas y carcajadas, olvidando por completo el motivo inicial de aquello.
No sabia el por qué, pero ninguno de los dos podía contener aquellas infinitas ganas de reír. Nuestras melodiosas risitas se fundieron en una sola armonía, entremezclándose en aquel silencio.

Podía preveer que si mis carcajadas no cesaban pronto, moriría asfixiada, así que intenté moderar mi respiración y controlar mi pulso.
Michael hizo lo mismo, por lo que nuestro escándalo perdió fuerza, para así dejar lugar a aquel sublime silencio. No hacia falta siquiera una palabra, ya que aquella conexión entre nosotros iba mucho más allá de eso. Michael lo llenaba todo, absolutamente todo para mí.
Una vez más me desvanecí en sus ojos, perdiendo toda temporalidad, haciendo del tiempo algo completamente insustancial, inexistente.
Podría haberme quedado así durante una eternidad, pendida de sus oscuras pupilas, alimentando mi adicción a su embriagador aliento.
Mi mano acarició suavemente su cuello, descendiendo hasta su pecho desnudo.
Y ahí me detuve, para sentir el repiqueteo rápido y dispar de su corazón.
Su mano se acomodó en mi cintura, provocando que mi respiración se agitase nuevamente, pero esta vez, por una razón muy distinta.

-¡¿Elizabeth?!-
Ambos miramos a la vez, sorprendidos por aquella voz.
-¿Qué demonios ocurre aquí?- inquirió Eric, visiblemente extrañado, mientras nos observaba atónito.
Inmediatamente Michael se puso de pie, para luego ayudarme a hacerlo también. Completamente avergonzados, miramos a Eric, quien parecía haber pasado del asombro a un estado de furia controlada.
-No ha sido nada, sólo tropezamos, Eric.
-Lo siento mucho, Liz.- dijo Michael, disculpándose.
-No pasa nada, Michael, yo he tenido la culpa.-dije sonriéndole.
-¡Oh no!, a veces soy muy torpe, lo siento mucho.
Dirigí mi mirada nuevamente hacia Eric, quien nos observaba con los brazos cruzados.
La tensión era absolutamente palpable en el aire.
-Bueno...iré a terminar, ya saben...- dijo Michael, indicando con uno de sus dedos el lugar en donde se encontraban los productores.
Asentí sonriendo tímidamente, intimidada por la sebera expresión de Eric.
Michael se marchó apresuradamente, aún avergonzado.
Y yo, me quedé ahí, estática, ante la mirada reprochadora de mi amigo.
-Veo que te llevas bastante bien con Jackson, ¿no?- dijo afiladamente.
Por supuesto que no me esperaba que aquellas palabras salieran de sus labios.
-¿Qué?
-Ahora entiendo por qué tanta insistencia en tenerte como reportera, se llevan muy bien juntos, ¿o me equivoco?
No podía creer que Eric se estuviera comportando de esa forma.
-¿Qué estás insinuando, Eric?- dije molesta, poniendo las manos en mi cintura.
-Sabes perfectamente lo que estoy diciendo, Elizabeth.
Aquello fue como si me tiraran una cubeta de hilo encima. Ahora la que estaba furiosa era yo.
-¡No puedo creer lo que me estás diciendo!, te has estado comportando de una forma muy extraña Eric. Cualquiera diría que eres mi padre, o mejor aún, ¡mi novio!- bufé, notoriamente caldeada con la situación.
Al instante observé como Eric bajaba la mirada, seguramente dolido con mis irónicas palabras.
-De verdad espero que consideres mejor tus palabras, Eric.-
Y entonces me marché.
Me dirigí hacia el asiento en el cual había estado anteriormente, en busca de mi bolso.
Pero de pronto, sentí un rápido jalón.
-¡Campanita!- dijo Michael tomando mi mano, para conducirme en una dirección desconocida para mí.
-¿Michael, qué haces?- dije extrañada.
-Quiero que conozcas a alguien.- aseguró sin detenerse, arrastrándome con él.
-¿A quién?-
-Ya verás.- dijo sonriendo ampliamente, pasando por alto lo que había pasado hace solo unos minutos.
Me dejé conducir por él sin reparos, hasta que llegamos a lo que parecía ser su camarín.
Ahí se encontraba una mujer rubia y delgada, de bonitas facciones. Usaba una graciosa boina, que le daba un aspecto bastante bohemio. Me pareció que aquella mujer debía tener aproximadamente treinta años, o algo así.
-Karen, ¡mira a quien he traído!- dijo Michael, entusiasmado.
La atención de aquella mujer se fijó inmediatamente en mí. Su expresión cambió, y una gran sonrisa se extendió por su rostro de marfil.
-¡Oh!, ¡tú eres Liz!- dijo Karen abalanzándose contra mi. Sus brazos rodearon mi cuerpo al instante.
Mientras ella me estrechaba cariñosamente, observé a Michael con extrañeza.
El rió levemente, divertido ante tal escena.
-Karen...- murmuró riendo.
-Oh, lo siento, cariño. Ni siquiera me conoces. Mi nombre es Karen Faye, soy la maquilladora de Michael.
-Y amiga- le interrumpió él.
-Es un gusto conocerte Karen.- dije sonriéndole.
-¡El gusto es mío!, ¡Michael me ha hablado muchísimo de ti, querida!- dijo alegremente, como si conocerme fuera todo un acontecimiento. Luego fijó su mirada en mi rostro, examinando cada detalle- Veo que no has exagerado para nada, Michael, ¡que chica tan hermosa!, ¿no has pensado en ser modelo, linda?- pregunto seriamente, esta vez tocando mi rostro, sosteniendo mi barbilla para examinar cada uno de mis ángulos.
No podía negar que me sentía algo intimidada, pero aquella mujer era muy agradable.
-De hecho, lo fui durante algún tiempo, cuando era pequeña.- le respondí cortésmente.
-Pues deberías considerar serlo ahora, cariño. ¿Quieres que te maquille?
-Oh, vamos Karen, ¡la estás hostigando!, Elizabeth terminará por odiarme debido a haberla traído ante tal monstruito.
Karen rió, a la vez que le picaba una costilla a Michael.
-Bueno, ahora nos vamos, antes de que a Karen se le ocurra dejarte como prisionera para maquillarte, Liz.- dijo tomándome de la mano nuevamente.
-No le hagas caso, linda, suele ser un poco loco.- susurró Karen en mi oído.
-¡Escuché eso!- gritó Michael indicándole amenazadoramente con su largo y delgado dedo índice.
Karen estalló en risas, y no pude evitar unirme a ella. Michael jaló mi brazo para salir de ahí.
-¡Diviértanse!-escuché decir a esa risueña voz a nuestras espaldas.

-¿Qué quieres hacer ahora, Liz?- dijo Michael observándome con aquella mirada que solía acelerar los latidos de mi corazón.
-No lo sé, ¿tienes algún plan?
-No.- dijo con la más bella de las sonrisas.- Sólo sé que quiero estar contigo. Y me encanta.-






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6 comentarios:

MitsukiXD dijo...

Me encantooooo! *.*
y la parte cuando corren ooo, me mato de los nervios, no en mala forma.
y cuando le dice campanita, nose cada vez me gusta mas :)

sube el prox rapidoooo plz!!!

Anónimo dijo...

¡NOOO! Eric, llegaste en el momento menos indicado.. sino... AAAAA! quizas que habria pasado! Pero no importa xd! sere paciente aunque me cueste, por que la novela esta geniaaal y me tiene reee metida. Ohhh y lo ultimo me mato... Siguelaaaaa por fis!!!
Cuidate, besos.

DenisseChaplin dijo...

¡Pero qe bello capitulo, eh sseguido tu novela desde hace poco i creeme qe me ah encantado!

¡Sigue asi!

Valeria De Jackson dijo...

D:! Aca como 81278973783 sin comentar u.u! es que el blog es chot y feo y no me deja comentar T-T!. pero pero *_* aaaaww que te puedo decir si si ya se que que me encanto *O* si si si cuando Liz dibujaba tipo niñita enamorada me puse *-*! a si de OMGSS!!!! y y mike de curioso y ellos corriendo todo lo mas tierno y y *O*! Eric._.! Eric te puedes ir a la reverenda mierdaD:!T____T! solo imagina que hubiera pasado momento candente D:! (? ok me callo xD.Shana ._.! Otra mas D:! o.O me dejo a si con lo que dijoo yo yo a si D=! para mi que esa le guta michael u.u OTRA QUE VA JODER D:.!!aaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwww*-*! Karen KAREN *_*! le amo esta estan linda tan alegre aaw me imagine Liz de -e-eAjam" y y y Karen abachooxD!aaaw ternuraa n_n.
D:! Encerio perdon por no comentar me siento mugre u.u! encerio pero D:! me andado todo tan mal ¬¬`!.
Aaaww sigue sigue *_*! ya ya quiero leer mas *O*!Como te dije amo amo como escribes tus manos deve ser como una varita magica*_*!!!!!!

SAAAYONARAAA=DDD

Emely dijo...

hahhahahaa!! Mori!! Que Hermoso Capi! Y porque Rayos, Eric tubo que aparecer en un momento muy importante!! talves, ese ubiera sido el primer beso ¬¬ que por cierto, estoy ansiosa porque se besen xD
Quien Rayos es esa Shana? Esta metiendole cosas en la cabeza a Elizabeth!! Mike no es Mujeriego! esas Son Mentiras de ella! ¬¬ hahaha, Ya la odioo!! Y Bueno pues, me encanto cuando Liz le toco el Pesho! a Mike! (Creo que todas queremos hacer eso xD) Fue un momento muy Hot!! Jaja...Aww, Naty, Amo tu Novela!! Espero el Proximo capi con ansiass!!! Te Quiero mucho Nena, Cuidate y Cuida esas manos porque hacen Maravillas He!! *_* Bye!

Malena Jackson dijo...

Que hermoso capitulo ! Michael y Liz jugando riendo y ...cayendo al suelo ! jajaja es la caida mas romantica que jamas se haya visto !! me gusto mucho se nota que se gustan y que se quieren...lastima que Eric interrumpio talvez hubieran llegado a la parte que esperamos con ansias ! jaja el primer beso ! pero bueno yo se que ese magico momento llegara (espero que pronto )....por otro lado pienso que Liz debe de saber que en el mundo de Michael y siendo el quien es nunca faltaran chicas como Shana que sientan envidia de verlo feliz en una relacion...el comentario de Shana no me parecio un consejo sino mas bien todo lo contrario un deseo de mortificar a Liz...talvez me equivoco pero es la impresion que me da...Liz debe seguir su corazon , debe creer en Michael y en su amor para que la relacion sea fuerte y nada la dañe . Como siempre Nathalie quedo a la espera del siguiente capitulo ! maravillosa novela

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